domingo, 11 de junio de 2017

JORGE ICAZA GUASIPUNGO


Significado

Huasipungo. En quechua, significa pequeña porcion de tierra que cultiva el indio para su uso, pero que lo obliga a contrato forzoso con el latifundista. En la novela Huasipungo, Jorge Icaza recrea la tragedia del indio ecuatoriano, el dolorido clamor de unos seres primitivos y maltratados, unidos atàvicamente a su tierra madre.

Argumento de la novela

La historia transcurre en Ecuador en la primera mitad del siglo 20, siendo sus personajes principales los indios de los huasipungos, huasipungos son los ranchos, propiedad de los patrones, en los que habitan estas personas. Es una de las obras más representativas de la literatura indigenista, movimiento que precedió al realismo mágico y que enfatizaba un realismo brutal.

Personajes

  • Don Alfonso Pereira
  • Julio Pereira Tío de Alfonso Pereira
  • Mr. Chappy 'Gringo'
  • Doña Blanca Chanique
  • Doña Lolita
  • Tío Julio
  • Mr. Chapy
  • Policarpio
  • Andrés Chiliquinga
  • Jacinto Quintana
  • Gabriel Rodríguez
  • El Cura
  • Cunshi
RESUMEN DE LA NOVELA HUASIPUNGO

Alfonso Pereira es dueño de una hacienda en huasipungo a la cual no iba, pues prefería vivir en la ciudad con su esposa e hija y tener una vida hasta cierto punto cómoda. La hija de Alfonso Pereira, dueño de Cuchitambo —la hacienda donde transcurre la acción—, va a ser madre. El padre busca entre las indias una nana para el bebé y elige a Cunshi, la mujer del protagonista, Andrés Chiliquinga. El indio, creyéndose abandonado por Cunshi, va a trabajar al monte y pierde una pierna en un accidente.

Al enfrentamiento entre el indio y el patrón, que es inevitable componente social, se aúna uno nuevo: el patrón pretende seducir a Cunshi. Asimismo, la mayoría de los indios es enviada a construir una carretera con la cual los amos, el inversionista extranjero, el juez y el cura del pueblo serán los únicos beneficiados. En cambio, Chiliquinga ha sido encargado para ayudar en las obras junto con sus compañeros, lo que los obliga a soportar largas jornadas de trabajo y la actitud despótica del capataz, incluso hasta arriesgar sus vidas y perderlas.

El río crece con las lluvias y las obras de construcción de la carretera se interrumpen. La corriente arrasa el sitio por donde debía pasar la carretera e inunda huertas y casas de los indios. El hambre casi los vence y para alimentar a sus familias deciden, Chiliquinga entre ellos, desenterrar el cadáver de una res muerta en la inundación.

Chiliquinga, desesperado, debe afrontar una vez más la evidente separación de los mundos de blancos e indios; su esposa muerta no puede ser enterrada en el cementerio de la iglesia si el cura párroco no recibe una fuerte suma. Andrés roba entonces una res para conseguir el dinero que garantizaría el entierro de Cunshi, pero es severamente castigado por el patrón.

Lleno de indignación, Andrés congrega a la indiada enardecida, y se desatan la violencia, la venganza y el asesinato, descargando así el cúmulo de odio y rencor tanto tiempo reprimidos. Andrés toma desquite del teniente político y de don Alfonso, cuya hacienda él y los suyos asaltan, pero en donde no había nadie, pues los amos han huido a Quito. Ya sólo quedan unos pocos rebeldes, entre ellos Andrés Chiliquinga y su hijo, quienes se refugian en una choza junto con otros compañeros. De repente, advierten que el techo es pasto de las llamas; ese incendio es el preludio de una muerte segura. En un heroico alarde de orgullo y soberbia, Andrés torna a su hijo en brazos y, angustiado se entrega a las balas gritando: "¡Ñucanchic huasipungo” De pronto, como un rayo, todo enmudeció para él, para ellos.

El párrafo final, lleno de poesía, denuncia el abuso, la opresión, el sufrimiento ancestral, y documenta la desesperada voluntad de luchar para terminar definitivamente con ello: "Al amanecer, entre las chozas deshechas, entre los escombros, entre las cenizas, entre los cadáveres tibios aún, surgieron, como en los sueños, sementeras de brazos flacos como espigas de cebada que, al dejarse acariciar por los vientos helados cielos páramos de América, murmuraron en voz ululante de taladro: "¡Ñucanchic huasipungo”



jueves, 8 de junio de 2017

PEDRO PARAMO

PEDRO PARAMO


Pedro Páramo es la historia de un pueblo que, sometido al poder despótico del cacique Pedro Páramo, ha quedado reducido a cenizas. Cuando Juan Preciado, protagonista de la novela e hijo de Pedro Páramo, llega a Comala, movido por el deseo de conocer a su padre, se encuentra con la cara más amarga del abandono y la desolación. Y es que, en realidad, en Comala ya no queda nadie, sólo lamentos y quejas; las ánimas de los muertos que murieron sin saberlo.
Gracias a estos murmullos, Juan Preciado va reconstruyendo la historia del pueblo, pero, cuando quiere darse cuenta, ya es demasiado tarde para salvarse; es así como Rulfo lo presenta enterrado en el subsuelo, murmurando junto al resto de los personajes sobre sus intenciones frustradas.
La novela se presenta como un confuso mundo donde la distinción entre la vida y la muerte no es del todo clara, donde la historia del padre se entremezcla con la del hijo y donde la ficción y la realidad conviven en una aparente armonía. Para ello, Rulfo se sirve de una sintaxis sencilla, depurada, pleonástica y de una estructura compleja en la que sorprendentes vacíos y continuos saltos cronológicos transmiten esa idea de pecado que ahoga a los habitantes de Comala.
Al igual que Comala, Juan Preciado muere sin haber alcanzado sus propósitos, pues son precisamente las ilusiones frustradas las que anulan la esperanza de seguir viviendo y matan a quien cae en el desánimo.